PEQUEÑO MANIFIESTO SOBRE EL GÉNERO NEUTRO EN CASTELLANO / Rocío Gómez


PEQUEÑO MANIFIESTO SOBRE EL GÉNERO NEUTRO EN CASTELLANO
 
 El siguiente escrito tiene como objetivo la estandarización del género neutro en castellano, haciendo las veces de manual de corrección gramatical y estilístico. 
¿Por qué es entonces denominado “manifiesto”? Porque por sobre todo, su creación tiene una ambición marcadamente política que se hará clara a la brevedad. 

Contexto histórico-cultural
 Dos fenómenos culturales distintos pero relacionados por su origen hacen necesaria la implementación de un género neutro en castellano. Por un lado, la toma de conciencia sobre el machismo en la sociedad que se encuentra infiltrado hasta en el lenguaje, lo que resulta en un idioma cuyo genérico es el masculino. Puede parecer algo menor pero hay que recordar que la realidad se construye desde la palabra. Por otro lado, la emergencia de identidades de género que no responden al binario hombre­mujer; no porque en la antigüedad no existiera gente que no se sintiera cómoda con el género asignado, si no porque hasta hace algunos años a esas personas no se les hubiera ocurrido cuestionar lo establecido. La causa que las une entonces es el feminismo, en particular las nuevas olas que traen consigo un cuestionamiento total de la sociedad actual. 

Problemática 
A raíz de estos dos fenómenos, pero en particular a partir del primero, se busca desde hace tiempo una forma de modificar el lenguaje para que se adapte a las nuevas necesidades. Uno de los primeros recursos que aparecieron fue el uso de la arroba (@) como “vocal comodín”, es decir que la palabra se puede interpretar tanto en femenino como en masculino. Ej: Estimad@s señor@s. Lo que se utiliza mayormente en la actualidad es la equis (x), ya no como vocal intercambiable sino como la representación de un nuevo género: el género neutro. Ej: Estimadxs señorxs. El problema con ambos recursos es que, ni la arroba, ni la equis son vocales. En el primer caso, no se puede leer las palabras de otra forma que no sea mediante la mención de las palabras, tanto en masculino, como en femenino; es decir, estimados señores y estimadas señoras. Se podría también utilizar el adjetivo en masculino para ambos (es decir, estimados señores y señoras), pero eso iría en contra de la finalidad planteada. En el segundo caso, se puede decir que se encontró una solución a dicho dilema: la equis se pronuncia como ex. Es así como estimadxs señ  nhghrxs se pronuncia estimadex señorex. Sin embargo, ortográficamente este recursos no respeta las reglas del castellano, debido a que las consonantes no pueden tener sonidos compuestos (es decir, de vocal y consonante, como en el caso de ex). 

Respuesta a la problemática
 Hay una solución clara, similar a la propuesta de la utilización de la equis pero gramaticalmente correcta: es el uso de la e como vocal neutra. ¿Por qué se llega a esta conclusión? 
Debido a que la e aparece de por sí en el castellano como vocal que no indica género, tanto en sustantivos como en adjetivos. Así podemos tener a el asistente/la asistente, la niña inteligente/el niño inteligente, etc. Es éste entonces el medio más adecuado para indicar un género neutro. 

Usos propuestos
 
En este manifiesto se proponen tres usos, dos relacionados a los fenómenos explicados y uno que se vincula con ellos: 
1. El plural genérico: Se utiliza en lugar del masculino para referirse a grupos en los que coexiste más de una identidad de género (en un grupo donde hubiera ciudadanos y ciudadanas, la forma genérica sería les ciudadanes y no los ciudadanos). 
2. El singular genérico: Se utiliza para todas aquellas personas que no se consideren dentro del binario (si dijéramos, por ejemplo, que María es agénero, María podría ser linde, simpátique, alte). 
3. El indefinido: Se utiliza tanto en singular como en plural para referirse a personas cuyo género no es conocido (por ejemplo, le nueve empleade llegará pronto; todavía no sabemos su nombre). 

También es una opción a utilizar con bebés o niños que aún no tienen una autopercepción de su género. Dado que el neutro se convierte en el nuevo genérico, los diccionarios, enciclopedias, etc. deberían modificar aquellas palabras que tengan femenino y masculino. Así, por ejemplo, encontraríamos linde en vez de lindo, doctore en vez de doctor. 

Utilización propuesta 

Lo primero que es necesario aclarar es que al género neutro le corresponden también pronombres neutros. El consenso general sobre los pronombres personales es utilizar “elle” y “elles” para singular y plural respectivamente, pero aquí también se propone una versión alternativa, un poco menos cacofónica: ele y eles (respectivamente). 




En lo que a estos pronombres respecta, se puede apreciar que el singular elle/ele funciona como el femenino ella y el masculino él, por ser todos tercera persona (singular); así como el plural elles/eles, como el femenino ellas y el masculino ellos, por ser todos tercera persona (plural).

Todos los modificadores directos de un sustantivo neutro deberán ser neutros.

Sustantivos y adjetivos que se pueden utilizar en neutro


Todas aquellas palabras que tienen un femenino y un masculino (principalmente referidas a personas) pasan a tener también un neutro, que se forma intercambiando la –a/–o de los femeninos y masculinos por una –e (como así también en plural, la –as/–os por la –es). Es así como podemos decir los trabajadores nuevos/las trabajadoras nuevas/les trabajadores nueves, pero no la gente nueva/le gente nueve debido a que gente tiene sólo un género.

Casos especiales
 Aclaración​: Por ser ésta una guía básica no se analizarán los casos en los cuales el femenino y el masculino sean irregulares, como por ejemplo: príncipe/princesa, poeta/poetiza, etc. Se sugiere redactar un nuevo corpus donde se establezcan los neutros relativos a estos sustantivos y adjetivos.

 ● Cuando una palabra, sea sustantivo o adjetivo, termine en una sílaba cuya consonante es la c, ésta se convertirá en qu. Así, y retomando un ejemplo anterior, el neutro de simpático/simpática no será simpátice, sino simpátique.
● Cuando una palabra termine en una sílaba cuya consonante es la g, ésta se convertirá en gu. Así, por ejemplo, mago/maga pasará a ser mague.
● Cuando una palabra termine en ­gua/­guo, la u pasará a tener diéresis. Así, por ejemplo, contiguo/contigua pasará a ser constigüe.
● Cuando una palabra termine en una sílaba cuya consonante es la z, ésta se convertirá en c. Así, por ejemplo, mozo/moza pasará a ser moce. En todos estos casos, los acentos se mantienen en las mismas sílabas.
● En caso de que el femenino termine en ­a pero el masculino no termine en ­o —como, entre otros, los masculinos terminados en ­or, como trabajador o traductor— el neutro devendrá del femenino y mantendrá el acento en la misma sílaba (trabajadora/trabajadore, traductora/traductore).
● Cuando una de las palabras de la construcción (neutra) ya es indefinida (ej: asistente, inteligente) no será necesario modificarla; sólo se adaptarán el resto de las palabras de esa construcción.

PEQUEÑO MANIFIESTO SOBRE EL GÉNERO NEUTRO EN CASTELLANO / Rocío Gómez

Contacto: rociofgomez@gmail.com

Arde

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