Las prohibiciones del Cuerpo / Santiago Del Solar







“Los cuerpos están revestidos por nuestras historias individuales y colectivas”

La sexualidad ha estado cargada a través del tiempo de una concepción de peligrosidad, y ha sido vista como un problema. Algunos teóricos como Reich y Marcuse la consideran como una fuerza benéfica, sin embargo, coinciden en el reconocimiento de su represión por la civilización. En esta construcción de la sexualidad, la noción de cuerpo se convierte en la historia de la sexualidad, se puede señalar que ha existido un control de estos temas: “el sexo esta reprimido, es decir, destinado a la prohibición, a la inexistencia y al mutismo, el sólo hecho de hablar de él y de hablar de su represión, posee como un aire de transgresión deliberada. Quien usa ese lenguaje hasta cierto punto se coloca fuera de la ley; anticipa, aunque sea un poco, la libertad futura”

La sexualidad, la corporalidad y el sexo es controlado por medio del control de los cuerpos: “El sexo no es cosa que sólo se juzgue, es cosa que se administra. La policía del sexo: la necesidad de reglamentar el sexo mediante discursos útiles y públicos”.

Respecto a la religión y el cuerpo, Turner menciona que la historia de la teología cristiana ha girado en torno al problema de la voluntad de Dios en relación a la acción humana. El desarrollo teológico ha tenido como motivo central en la tradición occidental, la relación entre corporificación física y espiritualidad, entre la vida de la cognición y la vida de la sensación. El cristianismo ha utilizado el cuerpo como metáfora, existiendo símbolos constantes del pensamiento y la experiencia cristiana como: el cuerpo de Cristo, la sangre de la salvación, el agua del bautismo, el pan de la comunión o el cuerpo quebrado del salvador. Estos obran en oposición a la tradición sacerdotal de la abstracción teológica.
La sexualidad del cuerpo ha sido un problema que ha desempeñado un papel muy importante en la racionalidad religiosa.

Los impulsos sexuales irracionales del cuerpo fueron controlados a través de las instituciones del celibato y la monogamia. Cabe señalar, sin embargo, que el cuerpo (la carne) se encuentra enraizada en el simbolismo cristiano del pecado.
Los procesos naturales del cuerpo, no son sólo del mundo exterior. También son una manifestación de la relación entre Dios y el hombre.
Cabe señalar que para Foucault existiría una diferencia significativa entre las prohibiciones sobre la sexualidad y la corporalidad, y las demás prohibiciones.
La confesión desempeñaría un papel importante en las instituciones religiosas en todo tipo de faltas, no sólo en la referida al sexo. La conducta sexual esta sometida a reglas estrictas de secreto, decencia y modestia, de manera que la sexualidad se relaciona de una forma compleja con la prohibición verbal, con la obligación de decir la verdad, con el hecho de esconder lo que se hace y con el descifrar lo que uno es y desea.

La asociación de la prohibición y de la fuerte incitación a hablar es un rasgo constante de nuestra cultura. El tema de la renuncia de la carne esta obligado al de la confesión, y a la necesidad de informar de todo lo que ocurre, según Foucault el cristianismo se ha interesado más por la historia de sus creencias que por la historia de sus prácticas. Habríamos heredado la tradición de la moralidad cristiana que convierte la renuncia de si en principio de salvación, además de la tradición secular que respeta la ley externa como fundamento de la moralidad.

Las prohibiciones del Cuerpo / Fotografía / Santiago Del Solar

Contacto: www.facebook.com/santiago.delsolar

Arde

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